Washington, 1 mar (PL) Las posiciones sobre el control de armas, expresadas por el presidente Donald Trump, durante un encuentro con varios legisladores preocupan hoy a muchos miembros del Partido Republicano, hacen prever un complicado camino en el Congreso.
Durante la cita realizada, en la tarde de ayer con miembros de esa formación política y demócratas en la Casa Blanca, el mandatario reiteró su apoyo a un grupo de medidas que ya defendió en días pasados, algunas de las cuales son rechazadas por el lobby de armas del país.
Según el portal digital NPR, los conservadores y aliados del gobernante se enojaron con sus comentarios, transmitidos en vivo por la televisión, mientras otros hicieron sonar la alarma de que Trump, sigue demostrando una falta de familiaridad con las propuestas de políticas básicas y una mala comprensión del proceso legislativo.
En el diálogo el presidente fue favorable a ideas como la ampliación de los controles de antecedentes, elevar la edad para comprar rifles de asalto, y anular el debido proceso, si fuera necesario, para quitarles las armas a enfermos mentales o personas señaladas como posiblemente peligrosas.
De acuerdo con el sitio web The Hill, los republicanos del Senado dicen que los comentarios del presidente no cambiarán el cálculo político entre sus miembros, quienes apoyan una respuesta limitada, tras el tiroteo del 14 de febrero en una escuela secundaria de Florida.
John Cornyn (Texas), quien encabeza las negociaciones del partido rojo sobre el tema, manifestó a medios de prensa luego del encuentro con Trump que la postura al respecto no cambió.
El senador quiere llevar al pleno un proyecto de ley estrecho, que se centraría en dar a los funcionarios estatales y locales más incentivos, para reportar información relevante al sistema federal de verificación de antecedentes.
Para Cornyn, el Senado corre el riesgo de repetir el debate fallido, sobre inmigración que se vivió en febrero si trata de redactar una legislación más amplia.
En la defensa de sus posiciones, integrantes del Partido Republicano sostienen los mismos argumentos que la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el poderoso grupo de presión a favor de la posesión de armas.
La directora de asuntos públicos de la organización, Jennifer Baker, sostuvo que la reunión del miércoles constituyó un gran programa televisivo, pero que las propuestas discutidas en ella «generarían una mala política que no mantendría a nuestros niños seguros».
En declaraciones a la cadena CNN, añadió que los legisladores deben enfocarse en «arreglar el sistema de salud mental roto, fortalecer las verificaciones de antecedentes, proteger nuestras escuelas y evitar que los enfermos mentales peligrosos accedan a las armas de fuego».
Los pronunciamientos de Baker son los mantenidos por la NRA desde el tiroteo en Florida, pues la organización se ha centrado en responsabilizar de lo sucedido a los problemas mentales, la seguridad en las escuelas y las fuerzas del orden, mientras quiere alejar la mirada del gran número de armas existente en el país.
Aunque en la cita de ayer Trump insistió en que él es un «fanático de la NRA», un grupo que invirtió más de 30 millones de dólares en apoyar su camino a la presidencia, sorprendió luego cuando reprendió a varios republicanos por «tener miedo» del fuerte lobby.
«Y poseen un gran poder, estoy de acuerdo con eso. Ellos tienen un gran poder sobre ustedes. Tienen menos poder sobre mí. No lo necesito», agregó el mandatario.
Pero más allá del aparente cambio de postura evidenciado en las palabras del jefe de Estado, quien tras otros tiroteos masivos se mostró reacio a abordar el control de armas, varias fuentes consideran que lo expresado por Trump no marcará gran diferencia.
A decir de la cadena MSNBC, lo sucedido en el encuentro «fue como ver cobrar vida a una pesadilla conservadora, a excepción de un detalle persistente: es muy probable que nada de lo que dijo Trump importe».
Según el medio, «por ridículo que parezca, no tiene ningún valor práctico sostener discusiones sobre políticas con Donald Trump, porque simplemente no sabe ni le importa de qué está hablando en un momento dado».
De hecho, este presidente no habla en nombre de su propia administración, y no hay razón para creer que él o su equipo respaldarán ninguna de las cosas que dijo ayer, agregó la televisora en su portal digital.
Para el diario conservador Washington Examiner, los comentarios del gobernante en la reunión fueron parte «de un delicado baile», que Trump está teniendo con el lobby de armas, después del último tiroteo masivo, en medio del aumento de la presión para que se tomen acciones legislativas contra tales hechos.
Al mirar su compromiso pasado con la NRA, a la que llegó a decir que contaba con un amigo en la Casa Blanca, y, sobre todo, al tener en cuenta la fuerte influencia de esa entidad tanto en términos económicos como por su amplia base conservadora, varias voces sostienen que Trump, los conservadores y el debate sobre las armas
el supuesto alejamiento entre ambos no será tal.
De cualquier modo, gran parte del peso en la toma de decisiones corresponde al Congreso, donde los republicanos tienen mayoría en ambas cámaras. Sobre ellos, ya lo dijo el propio Trump, el poder de la NRA es grande.